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lunes, 28 de noviembre de 2016

Una insólita historia sexual



La aparición del sexo fue uno de los grandes aceleradores de la evolución. Quiero puntualizar que por sexo me refiero a la capacidad de un organismo de generar gametos, células que contienen la mitad del material genético heredado de sus padres y que, al fusionarse con otro gameto, completan la dosis genética dando origen a un organismo funcional. En los humanos los dos gametos se llaman óvulos y espermatozoides.  Eso de que existan dos sexos es habitual en la naturaleza. La levadura del pan, por ejemplo, también tiene dos sexos, a y alfa, y se aparean entre sí, igual que los humanos, con la diferencia de que si solo hay gametos de un tipo, pueden reprogramarse para cambiar de sexo y así proseguir con el proceso. El sexo ha surgido varias veces en la evolución y existen casos donde se conocen hasta siete sexos, como por ejemplo en el protozoario Tetrahymena

Mientras que en las levaduras los individuos de cada uno de los sexos son indistinguibles entre sí, en los mamíferos y en otros animales existen diferencias morfológicas y conductuales muy claras que permiten su identificación. El principal determinante genético de esta diferenciación proviene de los cromosomas sexuales los cuales, a diferencia de los somáticos, no existen en pares sino que se combinan por separado. Por ejemplo, en mamíferos, un individuo con dos cromosomas X es hembra y uno con un X y un Y es macho. Hago notar que no existen individuos completamente funcionales con uno o con tres X ni tampoco con dos Y. Dos X o un X y un Y, es todo lo que hay.

Nadie sabe a ciencia cierta como surgen los cromosomas sexuales pero existen suficientes evidencias provenientes tanto de la filogenia (estudio de los ancestros de un individuo) como de la ontogenia (estudio del desarrollo del individuo mismo) que sugieren que en un origen éramos todos de un solo sexo y que por algún accidente genómico los miembros de un par de cromosomas somáticos comenzaron a distanciarse entre ellos hasta ya no intercambiar información (un paso clave en el proceso de generación de gametos) volviéndose independientes y, posteriormente, dando lugar a diferencias irreconciliables.

Subrayo que esa es la teoría, que nadie sabe cómo ocurre o por lo menos no lo sabíamos hasta hace muy poco tiempo que se publican los resultados de Elaina Tuttle y Rusty Gonser, un par de ecólogos norteamericanos especializados en el estudio de un pequeño gorrión pecho blanco endémico del Lago Cranberry.

Investigaciones realizadas durante cerca de 30 años por la pareja permitieron identificar un caso sin precedentes de una especie de ave con cuatro sexos. Aquí haré una observación adicional. La existencia de sexos impide que un individuo en una población se apareé exitosamente con cualquier otro, limitando el intercambio de información genética a solo cuando ocurre con alguien de otro sexo.

En el caso de los gorriones de la especie Zonotrichia albicollis existen cuatro variedades en cuanto a su plumaje. Hembras con franja blanca en la frente, hembras sin franja blanca, machos con franja blanca y machos sin franja blanca.  Observaciones iniciales llevaron a identificar que los  machos con franja blanca se apareaban únicamente con hembras sin franja mientras que los machos sin franja se apareaban únicamente con hembras con franja blanca. Estudios posteriores identificaron también que, a pesar de su enorme parecido, el comportamiento de los machos con franja blanca era radicalmente diferente al de los machos sin franja. Los primeros son agresivos, promiscuos, malos padres y excelentes cantantes, mientras que los segundos son monógamos, buenos padres, protectores y cantan muy mal (cualquier similitud con personajes reales es mera coincidencia). El binomio Tuttle y Gonser, intrigados, extendieron sus observaciones buscando la excepción a este comportamiento y, al no encontrarlo, comenzaron a pensar que pudiera ser heredado en lugar de aprendido.

Un carácter puede ser heredado porque está inscrito en su código genético, es decir, que esa instrucción está contenida, de alguna manera, en su genoma. Aunque los investigadores no contaban de momento con los recursos o la tecnología para realizar un estudio más profundo decidieron tomar muestras de sangre de docenas de gorriones, identificando cada muestra cuidadosamente y la almacenaron en espera de la ocasión propicia.

La ocasión llegó felizmente cuando la pareja de colaboradores obtuvo los recursos para secuenciar el genoma de sus muestras. El trabajo meticuloso y ordenado de tantos años permitió concluir que las diferencias morfológicas y conductuales estaban relacionadas con una insólita variación genética: la existencia de un segundo par de cromosomas sexuales.

Como mencioné en un párrafo anterior, durante la generación de los gametos, proceso conocido como meiosis, los pares de cromosomas somáticos intercambian información entre ellos con la consecuencia de que si alguno de ellos sufre algún cambio por azar, este cambio se corrige durante el proceso, preservando la identidad y funcionalidad del organismo. Para poder intercambiar, los cromosomas somáticos buscan a su contraparte y se alinean uno junto a otro. Errores en esta alineación conllevan a que los pares de cromosomas dejen de intercambiar y comiencen a diferenciarse.

Lo que encontraron Tuttle y Gonser fue que en los individuos con franja blanca, uno de los cromosomas del par número 2 sufrió un cambio de orientación que impide que, aunque se alineé con su contraparte durante la meiosis, intercambien información. Todavía más a fondo, también encontraron que, como era de esperarse, los cromosomas invertidos contenían muchos más errores que la versión correcta por lo que también en eso eran diferentes.

Mientras que en los cromosomas sexuales convencionales las diferencias que permiten identificar a los sexos impactan sobre todo a la forma y función, en el nuevo par de cromosomas sexuales las diferencias eran sobre todo conductuales pero tan profundas como las anteriores, de forma que era igual de improbable que dos machos se aparearan entre sí como que un macho con franja blanca lo hiciera con una hembra con franja blanca.

Las evidencias están ahí, contundentes gracias al profesionalismo del par de investigadores y aunque queda mucho por entender del proceso hemos hecho un avance fundamental para la biología entendiendo como nunca el origen del sexo que tendrá sin duda profundas implicaciones en muchas otras áreas incluyendo las médicas.

No sé a ustedes pero a mí me recuerda un poco aquella muy conocida historia de Darwin y los pinzones de las islas Galápagos ya que la observación sin prejuicios de la naturaleza permitió también encontrar las leyes que la rigen, cambiando para siempre nuestro entendimiento de la vida y por lo tanto del universo. Este proceso se conoce como ciencia básica o fundamental, algo en que los investigadores de Morelos son excelentes en todas las disciplinas y de lo cual estamos muy orgullosos. Sin embargo la ciencia básica ha sido desprotegida recientemente a tal extremo que solamente mil de los 25 mil científicos mexicanos tendrán dinero para trabajar el próximo año.

La divulgación de historias como las de Tuttle y Gonser busca acercar la ciencia a los no científicos esperando que entre ellos se encuentren los futuros diputados y, por qué no, un futuro presidente que quizá aprecie un poquito más la ciencia y a quienes la hacen posible.

Información adicional

Reseña del artículo de Tuttle y Gonser

Video sobre la meiosis


sábado, 3 de septiembre de 2016

Leche de cucaracha




Esta semana me topé en Facebook con un vídeo de un sitio llamado El Ciudadano TV donde se declara: “un estudio de la Unión Internacional de Cristalografía dijo que la leche de cucaracha es uno de los alimentos más nutritivos conocidos”, continúa con una serie de datos sobre las cucarachas y afirma: “probablemente los científicos ya trabajan para llevarla a tu almacén más cercano”. Alimentado por la repulsión que produce la especie en cuestión el susodicho vídeo tiene más de 800 mil reproducciones.

Conociendo a la muy respetable Unión Internacional de Cristalografía dudé inmediatamente en la veracidad de la información. Gracias al poder de las redes sociales, un egresado de la licenciatura en Ciencias de la UAEM, Alejandro Costet, me compartió la cita del artículo original, el cual por supuesto no es mencionado en el vídeo.

Se trata de un artículo publicado en julio de este año por Banerjee y colaboradores en la revista de la Unión Internacional de Cristalografía donde llevan a cabo el análisis de la estructura de un cristal de proteína aislado de leche de cucaracha, de esas grandotas que a veces encontramos en el trópico, la Diploptera punctata. La metodología se conoce como cristalografía de Rayos X y se lleva a cabo en Sincrotrones, en este caso en Soleil en París.

El mérito del artículo es doble. Primero por revisar un tema de interés biológico cómo es la nutrición de la única cucaracha vivípara (que da a luz a sus crías en lugar de poner huevecillos) y que además las alimenta para darles ventaja en su desarrollo. Por otro lado, que la proteína en cuestión, llamada Lili-Mip, se encuentra cristalizada desde la leche por lo que su estudio evita la manipulación durante la cristalización artificial. Los resultados del trabajo son de alto impacto pues proveen a los especialistas de importante información sobre la evolución de las proteínas de la leche así como también abre la puerta a nuevas metodologías para el estudio de cristales. 

El sitio que propaga el vídeo no merece mayor atención pues se dedica a la dispersión de notas de dudosa calidad, sin embargo creo que podemos usarlo como un excelente ejemplo de lo que sucede cuando la información científica es analizada sin conocimiento especializado y con intención de generar, inclusive, desprestigio a la actividad pues se trivializa a los científicos.

De aquí podemos sacar dos posibles conclusiones. La primera es que los divulgadores de la ciencia estamos desaprovechando el potencial de las redes sociales para promover conocimiento científico de calidad. Los expertos en comunicación ya nos habían dicho que un vídeo es mucho más efectivo que un texto pero seguimos escribiendo textos.

Por otro lado, el periodismo científico es diferente de la divulgación de la ciencia. Mientras que la divulgación busca mejorar la apreciación social mediante la mejor asimilación de conceptos científicos, el periodismo utiliza otro tipo de metodología que promueve la dispersión de la información pero, de manera muy importante, genera debate. El periodismo científico debe ser impersonal y preciso privilegiando la transmisión de hechos, datos y número confirmados por más de una fuente. El trabajo del periodista científico es generar polémica sobre temas de interés general de forma que la nota permanezca en ese medio y se replique en otros. Desafortunadamente carecemos en México de este tipo de expertos y con frecuencia se limitan a publicar  entrevistas a científicos pero no a sus descubrimientos y prácticamente nunca están dirigidas a temas de vanguardia y mucho menos buscando la polémica.

Como contraste, les comparto la nota que emite CNN sobre el mismo tema donde se puede apreciar que el periodista efectivamente leyó el artículo y que posteriormente se acercó a expertos que aclararon el tema de forma que transmite información actual y veraz sin dejar de atraer la atención del lector casual por lo llamativo del tema.

La apreciación social del mexicano hacia la ciencia y los científicos es baja, llegando inclusive a documentarse la desconfianza que siente el ciudadano común hacia la profesión. Los cambios culturales son complejos y lentos sin embargo si existe algún sitio donde podríamos acelerar este cambio es en Morelos, donde existe la tasa más alta de científicos per cápita del país y de muchos otros países también.


Desafortunadamente esto no va a ser posible mientras los mismos científicos sigamos visualizando la actividad de la ciencia como algo alejado de la sociedad sin impacto inmediato. Acciones sencillas como ciclos de conferencias o clases magistrales en escuelas serían un buen inicio para desactivar el rechazo social, primer paso para el cambio cultural que tanto requiere nuestro país en estos momentos. También, por supuesto la profesionalización en la divulgación de la ciencia y periodismo científico ayudarían.

Información adicional

Artículo original de Banerjee y colaboradores

Vídeo sobre la cristalografía de Rayos X

Uso de sincrotrones para investigación en medicina

Reportaje de CNN sobre las proteínas en la leche de cucaracha

sábado, 13 de agosto de 2016

Deporte y Ciencia ¿Porqué no podemos ser igual de buenos en ambos?

Al momento de escribir esta columna 59 países habían ganado, al menos, una medalla en las Olimpiadas de Río.  Infelizmente, México no se encuentra entre ellos.

Esta situación ha sido sujeto de conversación en diferentes reuniones, con tal frecuencia y con tal vehemencia que comencé a reflexionar en lo parecido que son, desde la perspectiva de las políticas públicas, el deporte y la ciencia: 1) En ambos casos es indispensable promover la apreciación social mediante el desarrollo de una cultura;  2) Se comparte la ruta de acciones necesaria para detectar, seleccionar, formar, acompañar, equipar y financiar a los jóvenes talentos hasta su participación en competencias internacionales; y 3) Se debe fomentar la generación y consolidación de un sistema que permita incorporar a los talentos formados dentro de una actividad profesional con impacto social y económico.

Hasta antes de la creación del Conacyt como ente rector, la situación de México en la ciencia era muy parecida a la del deporte de ahora. El buen diseño institucional y, sobre todo, el establecimiento de rigurosos estándares de calidad global cambiaron el panorama y de un país generador de poco conocimiento de escasa utilidad ahora somos una potencia competitiva generando tanto conocimiento como capital humano especializado. ¿Qué experiencias positivas podríamos compartir, entonces, al sistema deportivo desde la perspectiva del diseño de políticas públicas en ciencia?

Primero, y en eso nos llevan ventaja, identificar que los medios masivos de comunicación dedican una cantidad importante de sus notas al deporte que no a la ciencia. Sin embargo, se trata básicamente de un solo deporte y siempre desde la perspectiva de la contemplación. Un pacto social con los medios permitiría difundir y promocionar otros deportes y también otras escalas de actuación, como por ejemplo equipos infantiles o juveniles, los cuales son rutinariamente ignorados. Este desplazamiento de cobertura debiera venir acompañado de la promoción profesional de la actividad deportiva como esparcimiento y para la mejora de la calidad de vida que genere orgullo y apreciación social del deporte como estilo de vida. Por supuesto que esto deberá venir acompañado de infraestructura a nivel de barrio o colonia.

En el caso de la ciencia hemos desarrollado un sistema de extensión de actividades científicas que ha alcanzado más de medio millón de personas en los últimos cuatro años, es decir, 25% de los habitantes de Morelos ha participado en al menos una actividad científica. Los talentos saben también que existe una serie de actividades regulares en las cuales pueden participar cada año como son el Curso de Verano Científico, el Concurso de Jóvenes Talento, la Noche de Estrellas o la Jornada Estatal de Ciencia y Tecnología. La inversión en infraestructura se ha realizado en el Museo de Ciencias, en el museo móvil Tráiler de la Ciencia y en exposiciones temporales como la de Darwin. Reconozco también voluntad de algunos medios locales como la Unión de Morelos que publica de manera regular aportaciones de científicos y del Sol de Cuernavaca que publicó esta columna.

En el tema de detección y formación de talento, sugerimos apoyarse en aliados especializados, que bien podrían ser las asociaciones o federaciones, para que realicen la identificación de talentos infantiles y juveniles en las diferentes disciplinas. Estos mismos aliados deberán llevar a cabo el equipamiento, entrenamiento y seguimiento de cada uno de los talentos y también indicarán a cuáles competencias estatales, regionales, nacionales o internacionales deberán atender y, por supuesto, acompañarlos. El presupuesto emanará de los distintos fondos existentes para el deporte y su flujo dependerá inicialmente de la extensión y profundidad con la que se lleven a cabo las diferentes acciones y, posteriormente, de la cantidad de medallas que obtengan sus beneficiarios. Ahora, por supuesto que podría haber más de una asociación interesada en participar en cierta disciplina y en cierto territorio. Este modelo permitiría que se realicen acciones simultáneas que enriquecerían el sistema deportivo en una sana competencia.

Una vez más, en el tema de ciencia hemos consolidado una relación estratégica con la Academia de Ciencias de Morelos que agrupa a los más destacados investigadores de Morelos quienes realizan una meticulosa detección de talentos entre más de ocho mil niños y jóvenes de nuestro estado y su posterior entrenamiento en áreas como física, química, biología o matemáticas. La Academia determina las disciplinas y las competencias en las cuales participar y da el acompañamiento académico y personal a cada uno de los competidores. El financiamiento se aplica a los gastos inherentes a la movilización, alimentación, transporte y hospedaje de los competidores y sus entrenadores quienes participan de manera honorífica.

Finalmente es indispensable la formación de ligas profesionales donde los jóvenes formados puedan ejercer asegurándose un medio de vida digno fortaleciendo al sistema mediante la transmisión de su experiencia a nuevas generaciones. Las ligas deberán ser autosustentables financieramente y con arraigo social.

En este sentido en Morelos hemos desarrollado, en colaboración con las Instituciones de Educación Superior y con los Centros e Institutos de Investigación quienes imparten los más de 100 planes de estudios en áreas científicas y tecnológicas, desde técnico superior universitario hasta doctorado, en beneficio de más de 7 mil jóvenes con beca, profesionalizándolos para su posterior incorporación laboral ya sea en la academia o en la industria. Morelos aporta anualmente más de mil quinientos profesionales al capital humano de nuestro país. El desempeño de cada uno de estos egresados se medirá en términos de competencia global. Cómo investigadores deberán generar conocimiento de frontera integrándose al sistema educativo bajo estándares internacionales. Dentro de la industria tendrán que participar en la generación de nuevos y mejores productos y servicios impulsando la competitividad global de la empresa. Es decir, contamos con dos ligas profesionales las cuales, además, son incluyentes y prácticamente libres de discriminación por género.


Finalmente, tanto deporte como ciencia son actividades profundamente humanas donde para tener éxito se requiere un largo y extenuante proceso de formación pero, sin duda, generadoras de la más profunda satisfacción personal y merecedoras de la misma atención de parte de los gobiernos. 


Información adicional.

Página de la Academia de Ciencias de Morelos
http://acmor.org.mx

Créditos: Imagen original de http://www.runningrebels.org/

jueves, 5 de mayo de 2016

El diccionario del cerebro

Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 2 de mayo de 2016.




De todos los órganos del cuerpo humano existen dos que nos intrigan de manera especial: el corazón y el cerebro. La psicología, la neurología, la psiquiatría y otras disciplinas han avanzado mucho en el entendimiento de éste último, sin embargo, todavía estamos lejos de entender a cabalidad sus mecanismos y alcances. Quisiera comentar en esta ocasión un fenómeno en particular que tiene que ver con la interpretación emocional que le damos a las palabras. Y no me refiero a cualquier palabra sino a aquellas que por un origen cultural se consideran por ejemplo inspiradoras pero que fuera de tu grupo social pueden llegar a ser divertidas o quizá ofensivas y viceversa. Resulta interesante preguntarnos entonces si se trata únicamente de un tema de educación y cultura o si es que  existen aspectos fisiológicos y quizá anatómicos que orienten nuestra forma de pensar y de sentir sin que lo podamos controlar.  Y es que gracias a un artículo de investigación publicado en la revista Nature por el grupo de Jack L. Gallant (Universidad de Berkeley en Estados Unidos) comenzamos a entender apenas cómo es que el cerebro procesa el significado de las palabras.

El método seleccionado fue el de imagen por resonancia magnética funcional el cual es un procedimiento clínico y de investigación que permite mostrar en una imagen la actividad de regiones cerebrales mediante los cambios en la irrigación. Esta técnica se basa en de que el flujo de sangre en el cerebro y la actividad neuronal están acoplados, es decir, que cuando un área del cerebro se activa, también el flujo de sangre hacia esa área se intensifica. Es posible, por lo tanto, determinar qué porciones del cerebro se activan al ejecutar una acción, por ejemplo mover la mano derecha. Estos estudios no dañan la salud del sujeto de estudio y pueden ser realizados en personas o animales despiertos y conscientes.

El experimento consistió en estudiar el cerebro de siete voluntarios que se sometieron a sesiones de dos horas mientras escuchaban cierto programa de radio. Los datos obtenidos se sometieron a un análisis estadístico de la mayor profundidad donde se buscó identificar en primera instancia si es que todo el cerebro responde de manera similar durante la narración o si se podían identificar diferencias por áreas o regiones.

El primer resultado confirmó que la actividad del cerebro no es masiva sino que la respuesta a las palabras se localiza en 60 mil microrregiones (que llamaron voxels). Con base en este primer resultado se realizó una segunda ronda de análisis buscando correlacionar cada uno de estos voxels contra cada una de las más de 10 mil palabras contenidas en la narración.

Esta segunda fase permitió asignar una correspondencia entre cada una de las palabras estudiadas dentro de una de 12 diferentes categorías de voxels: visual (palabras como amarillo), de locación (estadio), numérica (cuatro), de abstracción (natural), táctil (dedos), temporal (minutos), profesional (junta), violencia (letal), comunitaria (escuela), mental (sueño), emocional (despreciado) y social (niño).  Interesantemente, también fue posible identificar 20 palabras que presentaron la máxima intensidad de respuesta: meses, fin de semana, vacaciones, semana, rentada, hora, horas, hogar, diez, renta, casa, siguiente, apartamento, cinco, mes, año, hotel, semanas, motel y veinte.

El laboratorio del Doctor Gallant puso también a disposición de cualquier persona una plataforma interactiva para poder visualizar sus resultados y que pueden encontrar en la liga descrita al final de la columna. Con esta plataforma es posible identificar que la corteza occipital-temporal izquierda responde fuertemente a palabras relacionadas con forma y espacio como por ejemplo vertical, horizontal, milímetro, pulgada o diámetro. También sabemos que la circonvolución angular del lóbulo parietal derecho responde fuertemente a palabras que describen personas o eventos dramáticos como por ejemplo padre, esposa, difunto, divorcio, etc. El tercer y último ejemplo,  se localiza en el zurco derecho precentral que responde de manera específica a números como son las palabras siete, diez, cuarto o mil. 

A pesar de lo significativo de estos resultados, en realidad la capacidad de correlación entre regiones del cerebro y las palabras fue muy limitada. Con la finalidad de dar mayor certeza a las observaciones, se llevó a cabo un experimento adicional donde se estudió a una octava persona para ver si con la información de las siete anteriores se podría predecir la respuesta de su cerebro a la misma narración. De manera muy interesante, se logró demostrar que el modelo predice de manera significativa la respuesta de los lóbulos parietales, temporales y frontales pero resultó deficiente en las cortezas motora y visual y en la superficie ventral del cerebro.

Con toda esta información se generó un atlas gráfico que divide el hemisferio izquierdo en 192 áreas funcionales de las cuales 77 son selectivas al significado de las palabras mientras que el hemisferio derecho se dividió en 128 áreas funcionales de las cuales 63 son selectivas.  Los resultados de este estudio son fundamentales para poder integrar los aspectos fisiológicos del cerebro con los conocimientos de la psicología generando más preguntas que respuestas. Por ejemplo, me gustaría saber qué ocurre en el cerebro de una persona bilingüe, si las palabras con el mismo significado pero en diferente idioma mapean en el mismo sitio. También me gustaría ver si existe diferencia entre los cerebros de una persona proveniente de una sociedad industrial comparado con el de una persona proveniente de una sociedad menos desarrollada. También me intriga saber si los cerebros de una mujer y de un hombre procesan el significado de las palabras de la misma manera. Por supuesto que ayudaría a entender el fascinante comportamiento de las personas con autismo. En fin, que hay trabajo para rato.

Quiero finalizar diciéndoles que después de un buen rato de buscar dónde se encontraba dentro de nuestro cerebro la región que identifica el significado de mi palabra favorita (y espero que suya también) la encontré en el lóbulo frontal superior. Por si fuera poco, esta región no solo reconoce la palabra ciencia sino que la asocia a otras igual de inspiradoras como recuerdo, arrobador, interminable, fascinante, creativo, pensamientos, cosmos y sueños.

Así es la ciencia y nuestro cerebro lo sabe.

Información adicional 

Liga a la plataforma interactiva del atlas del cerebro

Versión original del artículo del grupo Gallant

Información sobre la Resonancia Magnética Funcional


lunes, 25 de abril de 2016

Tres regalos


Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el  25 de abril de 2016



México es un país futbolero. Fuertemente  inducida por los medios de comunicación hemos desarrollado una admiración rayana en la devoción por los jugadores de futbol soccer. Muchos chiquitos y algunas chiquitas comienzan a practicar este deporte desde muy pequeños impulsados por los amigos y los papás con la facilidad de que las reglas son relativamente sencillas. Ante esta circunstancia los entrenadores de otros deportes suelen tener dificultad para reclutar talentos por lo que han desarrollado estrategias para lograrlo. El futbol americano, en particular, siendo un deporte complejo y difícil ofrece a los papás beneficios colaterales de desarrollo personal como son la ética de trabajo en equipo, tolerancia a la frustración y capacidad de planeación. En su apoyo, les diré que conozco personas, hombres y mujeres, que entrenaron americano de pequeños y que son prueba viviente de la veracidad de esta propaganda. Aún así son pocos quienes lo hacen.

Algo parecido pasa con las carreras científicas. La opinión pública tiene, en lo general, una baja apreciación por la ciencia y por los científicos. Considera a la ciencia aburrida e inútil y a los científicos extravagantes y peligrosos. De manera paradójica, la misma opinión pública tiene una alta apreciación por la tecnología y es capaz de gastar sus escasos recursos en la compra de artículos ostentosos o de moda como por ejemplo un IPhone último modelo. Creo que esta disociación proviene de la falta de entendimiento de que la tecnología y la ciencia son solo dos representaciones de lo mismo y que no pueden existir por si solas.

Al igual que los entrenadores de americano, los entrenadores científicos tenemos que competir contra otras disciplinas para atraer la atención de los niños y jóvenes e inducirlos a estudiar una carrera científica o tecnológica. Conferencias, talleres, exposiciones y mascotas, personajes de televisión, obras de teatro y canciones, todo se vale para posicionar el tema en el imaginario colectivo. En mi caso particular me gusta dar clases magistrales en primaria. Tengo preparados un par de temas que llevo a los salones de clases cuando me invitan los maestros y que comparto con todo el salón. En ocasiones no hay gran respuesta pero a veces sí. Recuerdo muy claramente un grupo de quinto de primaria donde, al final de la sesión de preguntas y respuestas, un estudiante levantó la mano y declaró, con decisión, que de grande iba a ser científico.

Lo que a veces no transmitimos los entrenadores científicos es que nuestros talentos, al igual que en el americano, reciben beneficios colaterales aunque no se dediquen a la ciencia de manera profesional. Quisiera concentrarme hoy en tres de estos beneficios.

El primero es el pensamiento crítico. En una sociedad abrumada por la información de baja calidad que en ocasiones se convierte en charlatanería, se vuelve de vital importancia desarrollar la capacidad de discernir entre lo que tiene sustento y lo que solo busca confundir. Como ejemplo les pongo una nota que apareció la semana pasada donde, poco después del terremoto de Ecuador y del episodio de actividad del volcán Popocatépetl, se aseguraba que “científicos de la UNAM” predecían un terremoto de alta intensidad para nuestro país de manera inminente. No cabe duda que, de ser cierto, esta nota sería suficiente para activar todos los protocolos de seguridad tanto públicos como privados. Sin embargo no fue cierta y su dispersión por redes sociales fue afortunadamente desactivada por el desmentido de los expertos. Todos tenemos anécdotas como estas. Algunas inocuas, otras de gravedad, como es el uso de remedios en lugar de medicamentos para el tratamiento de enfermedades con la creencia de que porque son de origen natural son menos dañinos que un compuesto químico. El caso de la homeopatía es especialmente peligroso y ya ha merecido una nota en esta misma columna. El entrenamiento científico nos da herramientas para analizar la información, toda ella, con un pensamiento crítico, es decir, basado en evidencia.

Equidad de género. En una sociedad como la nuestra donde no se ha podido superar el machismo estructural es particularmente difícil encontrar nichos profesionales donde una mujer pueda desarrollarse y destacar por sus propios méritos. En este sentido el mundo de la ciencia y la tecnología es un espacio un poco más libre de discriminación comparado con otros. En este espacio es posible obtener educación de calidad, un trabajo bien remunerado y oportunidades de desarrollo sin tener que ser la hija de, la novia de o la esposa de alguien. Además, no olvidemos que las niñas tienen mejor desempeño en temas científicos que los niños y que, ya como adultas, tienen ventajas competitivas como son la capacidad para desarrollar múltiples tareas de manera simultánea, mejor disposición para las relaciones sociales y el trabajo en equipo, mejor dominio de la visión periférica, entre otras que se reflejan en el ejercicio de un liderazgo efectivo. Esta equidad también se extiende a la inclusión de personas con discapacidades o capacidades diferentes, que es lo mismo.

Movilidad social y económica. El entrenamiento en disciplinas científicas o tecnológicas tiene un carácter global. A diferencia de carreras convencionales como leyes o contaduría, el conocimiento en ciencias o en ingeniería puede ser aplicado en cualquier parte del mundo. Nuestros doctorados, en particular, son reconocidos globalmente y existen miles de científicos mexicanos que ejercen su profesión fuera del país en posiciones de alto nivel dentro de la estructura de investigación. De igual manera, la ciencia transformada en tecnología mediante la innovación, es la fuente más importante de riqueza en los países desarrollados. Los millonarios del siglo XXI ya no son los dueños de las minas o de los ferrocarriles, son los dueños del conocimiento. El talento combinado con una formación de calidad facilita el emprendimiento y el desarrollo. Esa es la economía del conocimiento.

Extiendo una cordial invitación a los papás a promover la lectura de temas científicos entre sus hijos e hijas, la visita a museos y también a premiar su desempeño escolar. A los estudiantes de secundaria y preparatoria, a cercarse a sus maestros para que los orienten sobre las alternativas profesionales en áreas científicas y tecnológicas dentro de su estado o región. Finalmente, a los maestros y a otros entrenadores científicos a no claudicar en su misión de educar y formar para una mejor sociedad. Por lo pronto les dejo aquí estos tres regalos para sus niños.


lunes, 18 de abril de 2016

Ciencia ciudadana

Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivincando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 18 de abril de 2016




Se entiende por ciencia ciudadana la investigación científica llevada a cabo por gente común en acompañamiento de científicos profesionales. Este tema ha sido de interés ya desde hace algunos años por diversas razones. La primera es porque al acercar a la gente común a la actividad científica se mejora su apreciación por la ciencia y se favorece la generación de políticas pública que la promuevan y financien. Segunda, porque fomenta vocaciones. Tercera porque permite la suma de recursos y, finalmente, porque acelera los procesos científicos al incorporar a gran número de personas en la captura y análisis de información a nivel masivo.

De manera histórica se puede reconocer durante los siglos XVIII y XIX a la gran cantidad de naturalistas aficionados que se dedicaron de manera independiente a la colecta, descripción y clasificación de plantas, animales o minerales durante sus viajes por todo el mundo, acelerando el avance de la biología y de otras ciencias naturales. Algunos de los casos más célebres son Charles Darwin así como un personaje cercano a nosotros, Alexander von Humbolt, a quien le debemos el nombre de “Ciudad de la Eterna Primavera” para Cuernavaca.

De manera reciente, se han desarrollado proyectos de ciencia ciudadana dirigidos a la solución de problemas puntales. Por ejemplo, una aplicación de celular para reportar la presencia del mosquito tigre (Aedes albopictus) conocido portador de enfermedades virales como Dengue y Chinkungunya con lo que se amplían las acciones de prevención sanitaria. O el de un portal de gobierno donde se pueden subir descripciones y fotos de inundaciones que permitan actualizar en tiempo real los mapas de riesgo. O un proyecto que utiliza de manera coordinada el poder de procesamiento de computadoras personales para el análisis de información en la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Las posibilidades son infinitas y nos indica que existe una cantidad importante de voluntarios que estarían dispuestos a donar su tiempo y su talento para proyectos científicos pero, hasta esta semana, no había yo tenido la oportunidad de conocer a un científico ciudadano.

El personaje en cuestión se llama Cecilio, Don Cecilio me corregiría a  mí misma, en reconocimiento no solo a su edad sino también al respeto que le tienen en su comunidad. Don Cecilio es agricultor en su natal Chinameca pero no uno tradicional sino uno innovador, de esos que se hacen preguntas y además investigan. Felizmente para todos nosotros Don Cecilio aceptó incorporarse hace un par de años a un grupo de científicos ciudadanos con la intención de recolectar datos relacionados al cultivo de un árbol con potencial productivo de muy reciente ingreso a nuestro campo.

En colaboración con el Dr. Leobigildo Cordova del Colegio de Posgraduados de Chapingo, Don Cecilio participó durante un año en la recolección de información puntual, detallada y precisa de las características climáticas, ecológicas y agronómicas de cada uno de los más de dos mil árboles que tiene sembrados en sus predios. Gracias a la calidad de los datos, los expertos han podido acelerar el conocimiento de la especie en cuanto a crecimiento y productividad pero también en su interacción con otras especies de plantas, animales e insectos.

La generación de esquemas de Ciencia Ciudadana presenta un enorme reto para todos. Por un lado la gente común precisa entender que el éxito de un experimento se basa en la constancia y en la disciplina, cualidades sencillas pero no siempre fáciles de ejercer y que son indispensables para asegurar la calidad de los datos. Por otro lado, los científicos debemos generar una comunicación efectiva para transmitir la importancia, beneficios y condiciones con la suficiente claridad como para involucrar emocional e intelectualmente al voluntario al mismo tiempo de transmitirle el respeto que nos merece su valiosa participación.

Este tipo de experiencias puede ampliarse sin límite. Por ejemplo, podríamos monitorear el estado de salud de nuestras barrancas o entender que tipo de basura se está acumulando en ellas y cuando o identificar las aves que anidan en los diferentes puntos de la ciudad o rastrear el tráfico de autos en calles y carreteras o detectar los daños después de un sismo o identificar la presencia de riesgos potenciales o registrar el avance de temas como equidad de género en el sector laboral o, prácticamente, cualquier tema de interés.

Sin duda Don Cecilio es excepcional pero estoy segura que no es único. Sin duda existen cientos y quizás miles de personas que están dispuestas a colaborar donando su tiempo y compartiendo sus recursos en proyectos de impacto social y económico. El secreto está en cómo plantear la pregunta.

Nota. Le dedico este artículo al Dr. Antonio del Río, pionero y fiel defensor de la Ciencia Ciudadana.

Información adicional 

Proyecto de búsqueda de inteligencia extraterrestre SETI

Proyecto español de prevención ciudadana para enfermedades transmitidas por mosquitos 

Proyecto italiano de identificación de zonas de riesgo por inundaciones e

Ciencia ciudadana en México. Proyecto Plan de Vuelo Morelos.




lunes, 11 de abril de 2016

Quien daña el bosque nos daña a todos

Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 11 de abril de 2016



Sin duda alguna el tema de la semana para Morelos ha sido el incendio registrado en las inmediaciones de Tepoztlán.  Para quienes no lo conocen, Tepoztlán es un Pueblo Mágico localizado en la parte norte de Morelos justo en la frontera con la Ciudad de México. Además de Mágico, denominación que otorga la Secretaría de Turismo, Tepoztlán es místico por derecho propio. Cuna de artistas, literatos y libre pensadores, este pueblo se encuentra en las faldas del cerro del Tepozteco y aglutina lo más variado y pintoresco de nuestro estado.

Desafortunadamente o quizá mejor dicho, lamentablemente, esta semana se desató un incendio que, atizado por un fuerte viento nocturno, amenazó a los habitantes de la cabecera municipal y de un puñado de poblaciones menores. Refuerzo el adjetivo lamentable porque en esta ocasión el incendio fue provocado por la negligencia de un productor que realizó una quema agrícola arbitraria de la cual perdió control con el resultado 244 hectáreas de bosque dañadas.

Los incendios forestales son naturales en nuestro planeta, sobre todo en el estío, sin embargo su ocurrencia es poco frecuente en bosques inalterados pues la sombra producida por las copas cerradas genera un microclima húmedo que retrasa la propagación el fuego. La tala inmoderada trae como consecuencia que el sol reseque el follaje del suelo y también que el viento corra con mayor velocidad en ese nivel atizando los rescoldos.  Eso sin duda fue lo que ocurrió en Tepoztlán durante la primera noche del incendio. Para los siguientes dos días se necesitaron 233 brigadistas y cinco aeronaves con un costo indeterminado pero seguramente alto para corregir la imprudencia de una sola persona.

Para un ecosistema sano, la ocurrencia de un incendio tiene un impacto menor debido a su alta capacidad de regeneración. La naturaleza ha utilizado los incendios espontáneos como mecanismo de control para eliminar el exceso de combustible, así como para regular el ecosistema a nivel de suelo y permitir el crecimiento de algunas especies herbáceas. De hecho las dos especies de árboles que se encuentran en los bosques de Morelos, el pino y el encino, están adaptadas para resistir incendios naturales al poseer una corteza gruesa con capacidad de cerrar cicatrices y de rebrotar. Las piñas cerradas toleran bien el fuego y al abrirse liberan semillas que pueden germinar en las cenizas frescas. En condiciones naturales los incendios se presentan en el mismo sitio cada 40 a 300 años permitiendo que en ese tiempo crezcan renuevos y las semillas germinen regenerando el bosque.

Para un ecosistema perturbado, como el que se encuentra en la Sierra del Tepozteco y desgraciadamente en toda la zona de los altos de Morelos, la ocurrencia de un primer incendio aumenta la probabilidad de reincidencia. Esto, aunado a la mala práctica de sustituir los bosques por hierbas inflamables como la avena forrajera empeora aún más la situación.

En lo que toca a la fauna, cuando los bosques están inalterados se generan nichos de alta humedad que sirven como refugios naturales a especies de pequeños mamíferos y reptiles que solo pueden sobrevivir en esos lugares. En bosques perturbados estos refugios desaparecen y la fauna se ve en riesgo de muerte pero también de otros tipos de daños de largo plazo como estrés por la desaparición de territorio, cobijo y sustento. Estudios realizados en bosques rusos indican que después de un episodio como el de Tepoztlán se pierde el 80% de las ardillas, el 90% de los roedores y el 25% de especies mayores como jabalíes en la zona afectada. Las aves también sufren por la pérdida de arboles huecos donde anidar.

Por supuesto que un incendio forestal también tiene un impacto en el medio ambiente al aumentar de manera dramática las emisiones de bióxido de carbono y de cenizas que además de contaminar el agua de ríos y lagos empeorará sin duda todavía más la crisis ambiental de la Ciudad de México la cual reseñamos en la columna de la semana pasada.

El bosque de los altos de Morelos es, además de una reserva de biodiversidad, la zona de captación de agua para el resto del estado. El deterioro intencional de esta zona producido por la tala inmoderada tiene graves y posiblemente irreversibles consecuencias para todos.

Hace algunos años revisé el tema de los servicios ambientales, un esquema económico donde los beneficiarios de la existencia de un ecosistema emiten un pago para preservarlo. En este caso, los cuidadores del bosque del Tepozteco recibieron durante 10 años y hasta 2010, un pago anual de mil quinientos pesos por cada hectárea con las condiciones de no cambiar el uso de suelo, de conservar la cobertura forestal y de evitar la degradación y el sobrepastoreo.

Los servicios ambientales han tenido éxito para la preservación de ecosistemas en otros países, desgraciadamente en el nuestro se suspendió el programa hace ya varios años y al no haber generado alternativas productivas devino en el establecimiento de la tala clandestina siempre acompañada de otros tipos de actividad delictiva.

Quien daña al bosque nos daña a todos. Espero que el responsable del incendio de Tepoztlán rinda cuentas por su negligencia la cual puso en riesgo un ecosistema frágil pero imprescindible atentando contra la vida de cientos de personas inocentes. Francamente, lo menos que les debe es una disculpa.

Información adicional

Publicación previa sobre servicios ambientales Téllez y Valderrama

Incendios forestales y diversidad biológica Nasi et al.

Panorama oficial sobre los servicios ambientales en 2009




lunes, 4 de abril de 2016

Ya es tiempo de los biocombustibles

Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 4 de abril de 2016.


Noticia de última hora: “Con la intención de reducir los altos niveles de smog, las autoridades de la ciudad han decretado que ningún carro o motocicleta podrá circular a partir de esta mañana de las 10 de las mañana a las 4 de la tarde. Como medida compensatoria, se anuncia una reducción permanente en el costo del transporte público, conocido como boleto anti-smog. La desesperada medida se implanta después de las autoridades aceptaran públicamente el fracaso del programa que prohíbe la circulación de la mitad de los autos de la ciudad, alternando las placas terminadas en números pares y nones, así como la restricción permanente a todos los motores de diesel de modelos antiguos. La junta directiva de calidad del aire podrá emitir, dependiendo de la evolución de los indicadores, medidas complementarias en el transcurso de las próximas semanas. Repetimos, ningún auto o motocicleta tendrá permitido circular en los próximos dos días”.

 Imagínense la sorpresa y el disgusto que se llevaron los habitantes de la ciudad de Roma cuando escucharon, el pasado 28 de diciembre de 2015, ésta noticia en todos los noticieros de radio y televisión. Así, sin previo aviso, quedaba prohibido el uso de autos particulares y todos a caminar si es que quisieran llegar a la escuela o a sus lugares de trabajo. Estas duras medidas han sido, sin embargo, aceptada sin protesta por los 2.6 millones de romanos sensibilizados desde antes con la gravedad de la situación de la calidad del aire de la ciudad tal como lo demuestran los estudios realizados por Cesaroni y colaboradores los cuales indicaron que los altos niveles de contaminación medidos como óxido nitroso y polvo inhalable (PM2.5) podrían haber sido la causa de decenas de miles de casos mortales de accidentes cardiovasculares, enfermedades respiratorias y cáncer de pulmón.
Todos sabemos del riesgo de la contaminación sobre la salud, sin embargo, el crecimiento desordenado de las ciudades, la concentración de los sitios de trabajo en sitios lejanos de las zonas habitacionales y la mala calidad del servicio de transporte público han impulsado la adquisición de automóviles particulares al nivel de que en estos momentos en Cuernavaca existe un auto por cada 6 personas.

La cercana crisis ambiental de la Ciudad de México debe servirnos de alerta para atender y, si es posible, evitar que la contaminación del aire de nuestras ciudades llegue a niveles catastróficos. Se ha hablado mucho de optimizar las rutas del transporte colectivo, de actualizar el modelo de camiones y minibuses, de impulsar el uso de bicicletas y autos eléctricos, de eliminar el estacionamiento de particulares en la vía pública, de transformar las ciudades en policéntricas y de mejorar la eficiencia de calderas y aires acondicionados. Estas medidas, de poderse llevar a cabo, mejorarían sin duda la calidad del aire al reducir las emisiones atmosféricas sin embargo considero que existe un tema adicional que aceleraría el cambio y que no ha sido mencionado por ninguna autoridad y es el uso de biocombustibles, en particular biodiesel.

Los motores de compresión, típicos en camiones y tráilers, utilizan diesel en lugar de gasolina. El diesel proviene del procesamiento del petróleo y su combustión es una de las principales fuentes de contaminantes como óxidos nitrosos y de azufre y también de partículas inhalables (PM10). El biodiesel es la alternativa ecológica al diesel. Proveniente del procesamiento de aceites vegetales, no aumenta la concentración de bióxido de carbono o de otros gases de efecto invernadero. Sus niveles de óxidos nitrosos y de azufre son mínimos y su mejor combustión reduce la emisión de partículas inhalables. Al ser químicamente idéntico al diesel de petróleo, no es necesario realizar ningún ajuste a los motores convirtiéndolos en transporte 100% ecológico.

Las plantas más comunes para la producción de biodiesel son el girasol, la canola, el cacahuate, el algodón y el piñón mexicano también conocido por su nombre científico, Jatropha curcas. La siembra de cultivos energéticos es ya una actividad estratégica en España, Brasil o Argentina, países que han multiplicado la superficie sembrada. La producción de biodiesel no solo mejora el medio ambiente, también refuerza la balanza comercial de países importadores de petróleo y favorece el desarrollo y estabilización de productores rurales en zonas de alta marginación.

El reto y la oportunidad que existe ahora es el desarrollo tecnológico que permita, por un lado, reducir los costos financieros y ambientales de los cultivos energéticos abatiendo el uso de plaguicidas, fertilizantes y riego, y por otro lado, el diseño de nuevos procesos industriales más eficientes y eficaces, que permitan la producción de biodiesel por debajo del precio del diesel convencional.

México se encuentra en el camino correcto. En un esfuerzo colectivo reciente, un grupo de especialistas agrícolas desarrolló una estrategia tecnológica de bajo costo que permite la siembra masiva de variedades no tóxicas del piñón mexicano la cual inició el año pasado con las primeras 350 hectáreas. De manera paralela, la Secretaría de Energía destinó 3 mil millones de pesos a un consorcio de cinco grupos para el desarrollo de los biocombustibles, entre ellos el biodiesel.

En el marco de la reforma energética se abre el camino para la inversión privada en la producción de biodiesel y el panorama es más que atractivo. Suponiendo, conservadoramente, que se sustituyera solamente el 40% del diesel se necesitarían 120 mil barriles diarios del biocombustible con un valor de mercado de 286 millones de pesos diarios.

El viraje hacia los biocombustibles ayudaría a reducir el tiempo necesario para transformar nuestros hábitos de transporte en alternativas más saludables y ambientalmente amigables. Misma potencia, menor contaminación.

Información adicional

Atlas de la agroenergía y los biocombustibles en las Américas

Efecto de la exposición prolongada a contaminantes ambientales en una cohorte de un millón de adultos en Roma

Reporte nacional de movilidad urbana en México 2014-2015

martes, 22 de marzo de 2016

El virus del Zika: de la sorpresa a la preocupación

Artículo publicado originalmente por Brenda Valderrama en la columna "Reivindicando a Plutón" del Sol de Cuernavaca el 22 de marzo de 2016.


El brote de la enfermedad producida por el virus del Zika ha sido declarado ya emergencia internacional de salud pública siendo, posiblemente, uno de los peores y más peligrosos agentes infecciosos de nuestros tiempos. El virus del Zika fue identificado por accidente en 1947 como parte de un experimento realizado en Uganda dirigido a buscar nuevas variedades del virus de la fiebre amarilla. Desde entonces y hasta ahora, el virus se había considerado una curiosidad biológica, al igual que otros virus transmitidos por mosquitos como Spondweni, Wesselsbron o Ntaya, puesto que no existía evidencia de la infección en humanos.

Estudios posteriores realizados por Dick, Kitchen y Haddow revelaron que el virus podía ser transmitido artificialmente además de a monos Rhesus y ratones a monos de cola roja, ratas, cuyos y conejos. De todos estos, solo los ratones presentaron daño neuronal. Tuvieron que pasar 16 años más hasta que, una vez más de manera accidental, un investigador llamado David Simpson que trabajaba también en Uganda fue infectado por el virus del Zika. Este accidente le permitió correlacionar de manera rigurosa la presencia del virus y los síntomas que incluían un sarpullido extendido por todo el cuerpo incluyendo las palmas de las manos y las plantas de los pies pero sin comezón y sin el dolor de articulaciones característico de Dengue y Chikungunya.

Durante los 40 años siguientes hubo reportes dispersos de la presencia de material reactivo a anticuerpos específicos contra el virus del Zika en humanos pero sin asociarse a un brote de la enfermedad hasta 2007 cuando se confirman 49 casos entre al menos 5,000 personas infectadas pero sin casos graves ni fallecimientos en la isla de Yap (Micronesia). Todo esto cambia en 2013 cuando, durante un brote de Zika en la Polinesia Francesa con 19,000 personas infectadas y 333 casos confirmados, se identifican consecuencias de gravedad incluyendo problemas neurológicos en adultos.

El primer caso documentado de Zika en América fue el año pasado cuando se identifican los primeros ocho pacientes en Brasil y pocos meses después se genera una alerta médica ante el incremento inusual de casos de microcefalia en fetos. La responsabilidad del virus antes esta nueva emergencia ha estado en la primera línea de discusión los últimos meses pues se ha propuesto, de manera alternativa, que se trate de un efecto secundario del uso masivo de insecticidas para el control del mosquito vector del virus, Aedes aegypti. Sin embargo, Patricia Brasil y colaboradores  publicaron recientemente los resultados de un estudio realizado en Río de Janeiro a 88 mujeres con embarazo entre las semanas 8 y 35 que acudieron a la clínica por sarpullido y de las cuales 72 resultaron positivas al virus del Zika. Del ultrasonido realizado a 42 de las embarazadas positivas y a todas las negativas se desprendió que en 29% de las pacientes positivas se encontraron anormalidades en el feto pero no en ninguna de las negativas.

Entre las anormalidades encontradas, además de cinco casos de microcefalia, se detectaron lesiones al sistema nervioso central, reducción de volumen de líquido amniótico o de flujo de sangre por el cordón umbilical, por lo que se refuerza la responsabilidad del virus del Zika en la ocurrencia de daños irreversibles al producto de la gestación. En dos casos la gravedad del daño ocasionó el aborto espontáneo en las semanas 36 y 38.

La dispersión del virus por el mosquito Aedes aegypti ya es de por sí preocupante pues en Latinoamérica no ha sido posible su erradicación a pesar de ser el portador de otras enfermedades de alto impacto como Dengue y Chikungunya.  Evidencia reciente sugiere la transmisión del virus del Zika también por vía sexual lo cual complica todavía más el panorama por dos razones: la primera porque las mujeres embarazadas podrían correr riesgo aún cuando no estén expuestas al mosquito y segunda porque significaría que el virus no requiere al mosquito para su maduración y, por lo tanto, aunque se erradicara, el brote podría continuar.

Entre los retos para la comunidad científica se encuentra el diseño de anticuerpos que reconozcan de manera específica al virus del Zika con la finalidad de desarrollar un método diagnóstico definitivo que permita determinar con precisión la presencia del agente en la población. Actualmente no hay medicamentos dedicados y quizá no sean necesarios pues los síntomas de la enfermedad son suaves, sin embargo, las consecuencias de la infección sobre el feto hace más importante el desarrollo de una vacuna. El proceso de desarrollo de una vacuna es largo y se requerirán, aún en el escenario más optimista, cinco a siete años antes de contar con una a nivel experimental y otro tanto antes de que esté disponible comercialmente.

En una atrevida entrevista Scott Halstead, un reconocido especialista en enfermedades virales, sugiere que las inusuales características del brote de Zika en América tienen que ver, por un lado, con la ausencia de inmunidad en nuestro continente ya que el virus es africano y, por otro lado, con un efecto potenciador de anticuerpos contra el virus del Dengue, un primo muy cercano al Zika, que podrían estar incrementando el efecto de la infección y quizá, podrían ser también la razón por la que logra traspasar la placenta. Este fenómeno se llama ADE (Antibody Dependent Enhancement o potenciación dependiente de anticuerpos) y es la razón por la que en algunos casos el Dengue clásico se complica a Dengue hemorrágico. De manera optimista y con base en su experiencia con otros brotes, Halstead predice que, aún sin una vacuna, el Zika desaparecerá de manera natural en cinco años. Ante este panorama, lo único que nos queda es tratar de controlar la propagación del mosquito y evitar que nos pique mediante el uso de pabellones, ropa de manga larga y el uso de repelentes y, para las mujeres embarazadas, la Organización Mundial de la Salud sugiere usar protección durante el sexo si su pareja ha estado expuesta a la infección.


De manera paralela, este escenario de extrema gravedad debería ser suficiente para volver a poner en primer plano la discusión sobre la legalización del aborto terapéutico en nuestro país.

Información adicional

Enfermedades emergentes, artículo publicado previamente en este mismo blog
http://reivindicandoapluton.blogspot.com/2016/01/enfermedades-emergentes-articulo.html

Artículos originales donde se describe el descubrimiento del virus del Zika

Página oficial de la Organización Mundial de la Salud con las recomendaciones del comité de emergencia para el Zika

Entrevista a Scott Halstead

Artículo de Brasil y colaboradores sobre el estudio en Río de Janeiro

Video sobre el ciclo de vida del virus del Dengue, un pariente cercano del virus del Zika